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Como
continuación natural de acantilados; como el paso siguiente al
tapizado vegetal incipiente de dunas y playas; o como límite de
bosques y marismas, las praderías del Parque Natural de Oyambre
actúan como sistema conector del resto de los ecosistemas que
dicho Parque alberga.
La
actividad ganadera, desarrollada desde antiguo sobre la
práctica totalidad de los territorios planos de Cantabria, ha
condicionado profundamente el paisaje de nuestra región, al
haber fomentado la sustitución de las formaciones vegetales
originarias por especies de pradería. Esta situación
ambiental, por su arraigo desde el pasado, ya es parte del
concepto territorial de la región y caracteriza de forma
inequívoca el paisaje del Parque Natural de Oyambre.

El suave
relieve del Parque ha permitido el desarrollo del sistema de
praderías como pastos para el ganado vacuno, contribuyendo a la
creación de un ecosistema que ha demostrado su riqueza
faunística, su importancia como área de campeo y alimentación
de numerosas aves, y su vital importancia como corredor
ecológico entre distintos ecosistemas. Así, las praderías,
con sus setos, bosquetes y cursos de agua, son el hogar de
numerosas especies de mamíferos como zorros, erizos y ginetas,
que ocupan este hábitat siempre y cuando no esté afectado por
los fenómenos de fragmentación.La
funcionalidad de las praderías como conector entre diversos
ecosistemas, su valor intrínseco como ecosistema especializado
y rico tanto en especies animales como en vegetales y su elevada
calidad paisajística por su variedad cromática, suavidad y
continuidad en las formas, hace de las praderías unos sistemas
muy peculiares, ricos, y vitales para la conservación de la
totalidad del Parque Natural de Oyambre. |